En este post te comparto las 10 cosas que, desde mi punto de vista, no te puedes perder si vas a pasar 3 días (o menos) en Copenhague. Además, al final encontrarás un par de tips para comer sin gluten en la ciudad, que siempre viene bien tener a mano si eres celíaco o celíaca.
Copenhague es perfecta para una escapada de fin de semana. Te diría que cualquier época del año es buena, pero tengo que admitir que nosotros fuimos en pleno febrero… ¡y el clima no acompañó nada! Lluvia casi constante, un frío que calaba los huesos y, para rematar, volvimos con COVID. 😂
Eso sí, el alojamiento fue todo un acierto: bien de precio, muy bien ubicado y con unas instalaciones estupendas. Se llama Steel House Copenhagen, y puedes reservarlo aquí. Tiene tanto habitaciones privadas como tipo hostel, con literas, por si buscas algo más económico o viajas en grupo.
1 – Empezar con un free tour
Como hacemos en muchos de nuestros viajes, en Copenhague también arrancamos el fin de semana con un free tour —en nuestro caso, el de Civitatis— y fue un planazo. Nuestro guía, Edgar, llevaba años viviendo en la ciudad y nos hizo la ruta súper amena, llena de datos históricos, anécdotas curiosas y recomendaciones locales.
Nos encantó empezar el viaje así, porque además de conocer mejor la historia de Copenhague, te ayuda a situarte, descubrir rincones que quizá pasarías por alto y apuntar sitios donde comer o volver con más calma. ¡Te lo recomiendo 100%! Puedes reservar el mismo tour que hicimos nosotros aquí.

2 – Pasear por Nyhaven
Si solo pudiese recomendarte una cosa que hacer en Copenhague, sin duda sería pasear por Nyhavn. Es esa imagen que probablemente tengas en mente cuando piensas en la ciudad: casitas de colores junto al canal, barcos antiguos amarrados y un ambiente encantador en cualquier época del año.
Este paseo también está incluido en el free tour que mencioné antes, así que viene genial para conocer su historia y curiosidades de la mano de un guía local.
Nyhavn fue originalmente un puerto comercial donde marineros de todo el mundo atracaban sus barcos. Además de comerciar, aprovechaban para relajarse en pubs, tatuarse o visitar clubs de alterne. Era su zona de ocio y, como te imaginarás, tenía un ambiente bastante diferente al de hoy.
Con el paso del tiempo y el crecimiento de la ciudad, Nyhavn acabó quedando casi en el centro, por lo que se remodeló para integrarse con la nueva imagen de Copenhague. Hoy es una zona ideal para pasear, con mucho ambiente, terrazas, restaurantes y rincones con historia.
Aún se conservan vestigios de aquella época más canalla, como el bar Hong Kong, que mantiene los neones de su pasado como club de alterne, o Tattoo Ole, el estudio de tatuajes más antiguo del mundo. Si te gusta tatuarte, puede ser un souvenir muy original para llevarte de este viaje.
3 – Pasar un rato en la ciudad libre de Christiania
Qué locura de lugar. Ya había oído hablar de Christiania antes de viajar a Copenhague y más o menos sabía qué esperar… pero no así. Nada te prepara del todo para lo que te encuentras allí.
Christiania es una ciudad autogobernada dentro de Copenhague donde, entre otras cosas, se permite la venta de ciertas sustancias. Lo más impactante es que todo parece un mercado improvisado, con puestecitos en plena calle y un ambiente que no se parece a nada que hayas visto antes. Eso sí, está totalmente prohibido hacer fotos o grabar en la calle principal, así que hasta que no lo ves con tus propios ojos, no te haces una idea de lo surrealista que es. 😂
La historia de Christiania comienza en 1971, cuando un grupo de familias ocupó unos terrenos militares abandonados para que sus hijos pudieran jugar. A partir de ahí, surgió un movimiento social con fuertes raíces políticas que debatía qué uso debía dársele al espacio. Fue entonces cuando el colectivo Provo propuso convertirlo en una comuna alternativa, basada en sus propios principios de autogestión, libertad individual y vida en comunidad.
Hoy, más de 50 años después, Christiania sigue ahí, con su propio reglamento (ni la policía entra si no es estrictamente necesario), su arte urbano, sus casas autoconstruidas y su ambiente alternativo. Puede que te encante o puede que te deje con el ceño fruncido, pero sin duda es uno de los sitios más peculiares de Copenhague.

💡 Cosas curiosas sobre Christiania
- Aquí no se pagan impuestos.
- Sus normas se basan en el respeto y la convivencia: están prohibidas las armas, la violencia, las drogas duras y acampar en la zona.
- Tienen su propia marca de cerveza, elaborada allí mismo, ¡y lleva cáñamo!
- No dependen del gobierno para servicios básicos como la luz o el agua: se autoabastecen con generadores y pozos, y muchas casas recogen el agua de lluvia de forma artesanal.
- El arte es protagonista en cada rincón. Encontrarás murales, grafitis y esculturas hechas con materiales reciclados que transforman el barrio en una especie de galería al aire libre.
En definitiva, Christiania es una experiencia que hay que vivir. Puede que te choque o que te fascine, pero es sin duda una de esas cosas que tienes que hacer en Copenhague sí o sí.
4 – Alquilar una bicicleta
En cuanto llegues a Copenhague te vas a dar cuenta: ¡hay bicicletas por todas partes! La ciudad está totalmente pensada para moverse en bici, con carriles bici amplios, bien señalizados y respetados por coches y peatones. Es, sin duda, una de las mejores formas de moverse por la ciudad.
Alquilar una bicicleta es facilísimo. Hay muchísimas apps para hacerlo por minutos, horas o días, y las bicis están repartidas por todas partes, listas para usar. Nosotros utilizamos la app Donkey Republic, que funcionó genial. Si te la descargas con este enlace, te regalan 15 minutos de alquiler gratis.
Usamos las bicis para dar un paseo largo por la ciudad y llegar hasta la zona de Kastrup, un barrio más tranquilo al sur del centro. Allí visitamos Kastrup Søbad, una construcción circular de madera diseñada para bañarse en el mar, muy popular entre locales (incluso en invierno 😱). Desde allí también se ve el puente de Øresund, que conecta Dinamarca con Suecia —una vista súper curiosa y fotogénica.

5 – Subir a la Round Tower
Subir a un mirador es algo que nunca falta en mis viajes, y en Copenhague tenía clarísimo cuál iba a ser: la Round Tower (o Rundetaarn en danés). No solo por las vistas, sino porque es uno de los edificios más curiosos de la ciudad.
Construida en 1637, esta torre de 35 metros tiene una subida en espiral que la hace única. No hay escaleras hasta el tramo final, sino una rampa que da vueltas alrededor del núcleo central. ¡Es como dar un paseo hacia las alturas!
La entrada cuesta 40 DKK (unos 5 €) y, de verdad, merece la pena. Desde la azotea tendrás una vista panorámica preciosa de los tejados de Copenhague, ideal para orientarte o simplemente disfrutar del paisaje.
Y un detalle curioso: el centro de la torre es hueco. A 25 metros de altura hay una plataforma de cristal suspendida sobre ese vacío… Si te atreves a pisarla, ¡es toda una experiencia!

6 – Subir al mirador gratuito del palacio Christiansborg
Durante el free tour, nuestro guía nos contó que se podía subir gratis a la torre del Christiansborg Palace, y no lo dudamos ni un segundo.
La torre es una de las más altas de Copenhague y, además, está en pleno centro, así que las vistas desde arriba son una pasada. Nosotros subimos al atardecer y con mal tiempo (lluvia y cielo encapotado, lo típico de febrero 😅), pero aun así mereció muchísimo la pena.
Lo mejor: no había prácticamente nadie. Supongo que fue por la hora y el clima, porque la entrada está preparada con un sistema de colas bastante largo, así que si vas en temporada alta o a una hora más popular, puede que tengas que esperar un poco. Aun así, ¡es gratis y está muy bien organizado!
Sin duda, una de esas joyitas que cuesta creer que sean gratuitas. Si tienes poco presupuesto o ya has subido a otros miradores de pago, este es un planazo.
7 – Probar la gastronomía local
Una de las cosas que nunca falta en mis viajes es probar al menos un plato típico del país. En Dinamarca, uno de los más tradicionales es el Smørrebrød, una especie de tostada de pan de centeno untada con mantequilla y coronada con carne, embutido o pescado, normalmente acompañada de alguna salsa. Es un clásico del recetario danés, sencillo pero muy representativo.
Si quieres probarlo en su versión sin gluten, te recomiendo Told & Snaps, un restaurante muy cerca de Nyhavn. Yo probé el de salmón y la verdad es que estaba bastante bueno. El local es tradicional, con ese aire acogedor que tanto me gusta cuando busco comida local.
Como este viaje fue bastante corto, no nos dio tiempo a probar todos los restaurantes sin gluten que tenía en mi lista (¡otra excusa para volver!). Aun así, te dejo a continuación una pequeña lista con los sitios que sí probamos, y también enlazo un blog que me sirvió muchísimo para preparar el viaje desde una perspectiva gluten free.
- Told & Snaps. Tradicional Smørrebrød con opciones sin gluten.
- Restaurante Tight. Prácticamente, el menú entero es sin gluten, a nosotros nos encantó todo.
- Jagger. Burguers buenísimas. Hay varios locales por toda la ciudad y tienen hamburguesas sin gluten.
- TorvehallerneKBH. Mercado con un montón de puestos de comida y de venta de productos locales. Hay bastantes opciones sin gluten.
- Landbageriet. Pastelería con dulces sin gluten.
También están todos guardados en mi mapa sin gluten del mundo.

8 – Buscar los 8 antiguos kioscos telefónicos
Entre 1896 y 1930 se construyeron en Copenhague 30 quioscos telefónicos repartidos por la ciudad. Cada uno tenía un teléfono, un operador y un mensajero con bicicleta para entregar los mensajes, ya que en aquella época tener teléfono en casa era un lujo al alcance de pocos.
Hoy en día, todavía se conservan 8 de esos quioscos (aunque algunos blogs dicen que quedan 11), y se han convertido en pequeños tesoros arquitectónicos escondidos por la ciudad. Solo uno de ellos sigue en su ubicación original: el que encontrarás justo al salir del metro en Poul Henningsens Plads.
Lo más curioso es que cada quiosco está inspirado en un estilo arquitectónico o cultural diferente. Algunos tienen influencias parisinas, otros toques asiáticos o nórdicos, ¡y cada uno tiene su encanto!
Además, varios de ellos se han reinventado y hoy albergan pequeños cafés o puestos de comida. Es un plan ideal si te gusta descubrir rincones únicos y hacer una ruta diferente al margen de lo típico. Yo encontré [este PDF] con información muy curiosa sobre todos ellos, por si te animas a ir buscándolos durante tu paseo por la ciudad.
9 – Disfrutar del ambiente de la ciudad
Algo que me encanta hacer cuando viajo es ir a algún bar local y ver cómo se vive la noche en esa ciudad. En Copenhague encontramos un sitio que nos encantó y que sin duda merece la pena: Jernbanecafeen.
Es un bar súper curioso, lleno de objetos aleatorios por todas partes. Hay un tren que recorre el local por encima de las cabezas, una piñata colgando del techo, peluches, señales de tráfico y mil cosas más que hacen que cada rincón sea una sorpresa. Además, tienen una carta muy variada de bebidas y cervezas danesas, ideal para probar algo nuevo en un ambiente auténtico. Te dejo la ubicación aquí.
Si después te animas a seguir la noche, las calles de Larsbjørnsstræde y Vestergade tienen mucho ambiente. En Vestergade, además, encontrarás varias discotecas que abren hasta tarde y donde puedes cerrar la noche bailando como un local más.
10. Ir al Tivoli
Probablemente una de las cosas más famosas que hacer en Copenhague. Los Jardines de Tivoli son un parque de atracciones vintage que abrió sus puertas en 1843, convirtiéndose en uno de los más antiguos del mundo aún en funcionamiento.
El recinto alberga cuatro montañas rusas, entre otras atracciones, siendo la más mítica su montaña rusa de madera (Rutschebanen), construida en 1914. Aunque solo alcanza los 50 km/h, es toda una joya histórica y una experiencia muy diferente a las atracciones modernas.
Eso sí: infórmate bien antes de ir, porque el parque está cerrado gran parte del año. Nosotros fuimos en febrero y no pudimos visitarlo, así que queda como plan pendiente para la próxima vez que volvamos con mejor tiempo.
Hay varios tipos de entrada. La más básica cuesta 180 DKK (unos 24 €), pero no incluye el acceso a las atracciones. Para eso tendrás que comprar uno de los packs combinados de entrada + pulsera para montarte. Puedes consultar todas las opciones y precios actualizados aquí.
Otros puntos importantes de la ciudad son:
- La famosa sirenita de Copenhague. Por la zona donde está la sirenita encontraras muchas esculturas del estilo. Muy cerca de la sirenita puedes encontrar la sirenita modificada genéticamente 😂
- La iglesia de Federico (en danés, Frederiks kirke). Más conocida por su nombre popular de iglesia de Mármol, con su inmensa cúpula.
- Nyboder. Posiblemente, las casas más antiguas de la ciudad. Construidas en 1631 con el objetivo de alojar a la Marina Real danesa y sus familias.
- Kastrup Søbad, o Sea Bath es una construcción realizada para que la gente se bañe en el mar. Tiene unas escaleras para bajar al agua y refugios de madera. Si te atreves con el agua congelada de Dinamarca es una muy buena idea para un paseo en bicicleta desde Copenhague. Se tarda una media hora (en bici).
Si tu viaje es más largo y te da tiempo a hacer más cosas en Copenhague no dudes en preguntarme!
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